"Navidad sin niños quemados": Así se titula la campaña que este año el Gobierno de El Salvador impulsa para prevenir que la niñez sufra con el mal uso de los productos pirotécnicos.
Este es un problema de países en vías de desarrollo, en dónde la gente para celebrar las fiestas de fin de año, usa cohetes; que en el caso particular de El Salvador, son productos más que todo artesanales.
Éstos son elaborados en las casas de los barrios más humildes del país, bajo condiciones de seguridad nulas.
La vía por la que se producen las quemaduras son dos principalmente:
1. La manipulación inexperta de los reactantes químicos, hace que las casas se vuelvan un infiernillo.
2. Los niños se queman dado a que los mismos padres les compran los juegos pirotécnicos y los dejan utilizarlos sin supervisión alguna.
Estas dos formas son totalmente prevenibles, la primera supuestamente no debe ocurrir ya que hay una legislación que regula la elaboración, tenencia y distribución de los "cohetes" como coloquialmente son conocidos.
La segunda es una desgracia de origen cultural, que se pasa de generación en generación. Para el infortunio de los menores, ellos son los entusiastas de continuarla.
Si los responsables de los niños no pusiesen a su disposición este tipo de productos, este problema no existiría.
Cada año se gasta mucho dinero en la atención médica de este tipo de pacientes. Hoy día, gracias a donaciones, el hospital nacional de niños Benjamin Bloom, cuenta con un área especializada para el manejo de este tipo de patologías, brindando la atención sin coste alguno.
No me canso de repetirlo, este se suma a la lista de "problemas del tercer mundo". ¿Qué acaso nadie se entera que esto no ocurre en otras latitudes?
En lo personal pienso que una vía favorable de resolución de la problemática es prohibir definitivamente el uso de productos pirotécnicos, con esta acción nos ahorraríamos de tanto lío...
P.D: De niño los "cohetes" son divertidos. En la adultez te ponen los pelos de punta.
0 comentarios:
Publicar un comentario